Una de las cosas que estamos haciendo todos en estos días es explorar las posibilidades de nuestro rostro en la cámara frontal. Como tenemos tiempo de sobra para perfeccionar la técnica y hacer de nuestro Instagram toda una galería de arte, os damos algunos consejos para alcanzar el selfie deseado.

1. Busca inspiración

Es importante buscar referencias, inspirarnos en imágenes de otras personas y preguntarnos qué nos gusta de esas fotos (luz, postura corporal, detalles, etc.). Piensa cómo te sientes, como te ves a ti mismo/a, y como te mirará el otro cuando vea esa imagen.

2. Observa a tu alrededor

Porque a mirar también se aprende, y la mirada es también algo que se entrena. Se recomienda empezar analizando la luz en casa. No hay luces mejores ni peores, solo decisiones que debes tomar respecto a ellas. Puedes experimentar hasta que encuentres cuál es la que más te favorece y la que más te apetece usar.

3. Encuentra un fondo perfecto

El fondo tiene un gran impacto sobre el efecto final de la imagen, así que asegúrate de encontrar uno (o adaptarlo) que sirva a las necesidades de lo que quieres expresar. Aquí te puedes poner creativo/a y pensar en inspirarte en las referencias que tengas guardadas. Observa tu casa y piensa como sacarle el mejor partido a tu entorno. Y para los autorretratos un truco infalible: si tienes cortinas blancas sitúate frente a ellas, con la ventana delante. Tendrás fondo y luz asegurados.

4. El truco del espejo

Puedes usar un espejo pequeño en la cama, fotografiando solo una parte de tu cuerpo, o uno de cuerpo entero. El espejo aporta un segundo significado a la fotografía: Me miras mientras yo me miro a mí mismo/a.

5. Selecciona el atrezo

Unas flores o unas piezas de fruta nos pueden ayudar, tanto usándolas para crear un entorno, como ayudándonos a qué hacer con las manos.

6. Por supuesto, sé tú mism@

Sabemos del potencial expresivo de la moda y el maquillaje. El pelo que lleves, el maquillaje, la ropa y tu actitud en la foto son sin duda lo más importante de la imagen. Elige bien cada detalle.

7. El momento de disparar

La altura a la que coloques la cámara distorsionará tu imagen. Se recomienda situarla a la altura de los ojos o levemente elevada. Puedes usar un trípode improvisado tanto en una estantería, como sujetando tu teléfono en la superficie con una taza o una pila de libros. Solo tienes que encuadrar antes de disparar.

Uno de los trucos más usados: usar el modo vídeo y elegir el fotograma favorito para convertirlo en la foto final.

8. Una vez tengo la imagen, ¿qué puedo hacer con ella?

Hay dos elementos que deberíamos tener en cuenta, la saturación y la recuperación de luces y sombras. Dos apps para ello: VSCO y Snapseed.

Lo mejor en este proceso es observarte y divertirte. La relación con el cuerpo siempre es complicada y para algunos fotografiarse puede ser un proceso difícil pero también algo muy terapéutico.

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