Una semana... nada más
top of page

Una semana... nada más


una semana nada maso.jpg

Autor: Clément Michel

Director: Gabriel Olivares

Intérpretes: María Castro, Antonio Hortelano, César Camino

Teatro: La Strada Gran Vía (Madrid)

Género: Comedia

Precio: Entre 10€ y 20€

Duración: 90 minutos aprox.

“Una semana… nada más”, este es el título de la cuarta función del actor y dramaturgo francés, Clément Michel, y considerada una de sus mejores obras. Esta comedia francesa dirigida por Gabriel Olivares, artífice de otras grandes obras como “Mi primer vez", "Burundanga" y "La caja", es una buena solución para un plan en familia, en pareja o con amigos. Tras su representación en el Teatro Maravillas, se representa en el Teatro La Strada, en la Gran Vía madrileña hasta el 16 de marzo. Esta obra de teatro contemporánea tiene como protagonistas a tres reconocidos actores, la joven pelirroja del momento María Castro; el televisivo Antonio Hortelano; y César Camino, cómico por excelencia en nuestro país; quienes harán disfrutar a su público, incapaces de dejar a nadie indiferente. Ya se ha representado en varios países con gran éxito en Francia y se baraja la posibilidad de llevarla al cine.

Sofía (María Castro) y Pablo (Antonio Hortelano) llevan viviendo juntos cuatro meses y él ya no

una semana nada masdco.jpg

aguanta más, se encuentra en un desamor incapaz de afrontar, no tiene el suficiente valor para dejar a Sofía. Para romper su relación con Sofía necesita a su mejor amigo, Martin (Cesar Camino), que será él quien se encargará de poner punto y final a esta breve historia de amor. Martín en desacuerdo acabará cediendo al retorcido plan de su mejor amigo. Su misión será ir a vivir con ellos dos y así, con su presencia, desestabilizar la convivencia, intentado que Sofía no aguante esta situación y se vaya de casa. El plan es simple, una semana, una semana nada más en la que deberán convivir los tres juntos. Pocas cosas más insoportables que un invitado non grato en nuestra casa, el plan de Pablo no puede fallar.

La moderna y funcional obra se realiza en un único ambiente que te traslada a un pequeño salón, en que no puedes dejar de descubrir cosas nuevas que llaman la atención a espectador, desde libros, peluches hasta un sofá cama. El público se puede familiarizar con la casa en apenas unos minutos, donde está la cocina, el baño o el dormitorio principal, ya que es un piso bastante reducido. Se desarrolla en siete días, distribuidos de maneras diferentes, unos duran unos pocos minutos, y otros no sabes cuando acabarán, y lo harán cuando menos lo esperas. Se pasa de un día a otro con un juego de música y sonidos lleno de intrigas y a la vez un poco oscuro, en el que se ve claramente que son los propios personajes quien coloca y recogen el escenario. El vestuario es cuanto poco llamativo, los siete días Sofía y Martin solo se cambian tres veces de ropa, desatacando las grandes manchas de las camisas de Martin, y Pablo ninguna, a pesar de ello los actores están muy bien caracterizados, su apariencia ayuda a conocer al personaje.

En cuanto al gran trabajo que realizan en escena, observamos a un Antonio Hortelano serio y correcto, rompiendo un poco los esquemas de la obra, y en muchas ocasiones con una actitud bastante forzada. María Castro realiza un gran trabajo, observando que es lo que más le gusta a público del momento y poder ofrecer lo mejor de ella (si ve que al público le hace gracia un grito muy femenino y forzado, lo repite una y otra vez). Por otro lado tenemos a Cesar Camino, que es inevitable compararle con sus otros personajes televisivos, como “el Moñas”, ya que no podemos perder detalle de sus expresiones y su interpretación. La obra tiene momentos en los que personajes tienen un acercamiento al público, y ello provoca el efecto de que es “como si estuvieras en tu casa”, hacen sentir cómodo.

Se transmite una falta de compromiso y del miedo a la sinceridad de las jóvenes parejas de hoy en día. Un espectáculo plagado de mentiras que da rienda suelta a que el espectador pueda reír y disfrutar cuanto mayor sea el problema del personaje. Pablo no será quien rompa la pareja, esperara a que, una paciente y comprensible novia, sea quien rompa esta relación, demostrando la inmadurez para estas situaciones de los hombres. El espectador se siente identificado en muchas de las acciones, por ello la diversión es mayor, el sentimiento de empatía será uno de los platos fuertes.

Su único objetivo es arrancar una facial carcajada al público. Es una apuesta segura, cómoda y ligera para que puedas disfrutar como ya lo han hecho cientos de espectadores. No te arrepentirás, y disfrutarás de una obra que te ayudará a olvidarte de tus problemas. Los comentarios del público son positivos, y destacan el buen rato que te hacen pasar y la profesionalidad de los actores, así que no lo dudes, es un buen plan para una tarde en compañía.

Después de tantos años de amor y amistad, ¿bastará una semana para llevarse por delante una relación? ¡Descúbrelo tú mismo!

una semana nada masdcfvfo.jpg

bottom of page