Cibercafé con Alberto Velasco, actor, director y coreógrafo
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Cibercafé con Alberto Velasco, actor, director y coreógrafo


Alberto Velasco es un humanista de nuestro siglo, uno de los nombres de la cultura que no te puedes perder de vista. Un Michelangelo activista en pro de los derechos de aquellos que aún se sienten sin voz. Velasco es actor, director y coreógrafo que se ha hecho así mismo para crear al artista que hoy en día respira en él.


Aunque en 2015, la serie Vis a Vis le llevó a la fama y con ella la nominación a Mejor Actor Secundario por los premios de la Unión de Actores, 2020 se presenta como un gran año. Sus proyectos son muchos y sumamente interesantes. En plena grabación de la segunda temporada de Señoras del (H)Ampa, Telecinco, actualmente la primera la podemos ver en Amazon. Inmerso también en la grabación de la segunda temporada de la serie Madres, Telecinco. Tres proyectos teatrales sobre las tablas: Cuando todo cambia, nueva obra que dirige (6 de marzo); Aquellas pequeñas cosas, el nuevo musical con canciones de Joan Manuel Serrat; y es el responsable del movimiento escénico y de gira de Juana, la última obra de Chevy Mudaray.


Estos y otros tantos retos son a los que se enfrenta este año y en esta entrevista nos los desvela uno por uno.


Actor, director y coreógrafo... Comencemos por el principio. ¿Con qué te quedas de las tres? Y, ¿cómo una faceta te llevó a la otra?


Todo empezó en la danza, antes incluso en pensar ser actor, siempre quise bailar. Pero por ser chico y gordo me privé de intentarlo, nadie a mi alrededor me dijo en ningún momento que no pudiese hacerlo, pero al no tener referentes cerca, asumí que alguien como yo no podía dedicarse a eso. Aún así no perdía oportunidad de apuntarme a todo lo que fuese de baile: jotas, flamenco, bailes de salón... Y finalmente teatro. Este último me transformó y me dio el impulso necesario para ser actor. Todas las facetas se retroalimentan entre ellas y me completan como artista. Cada una me aporta algo específico y lo que más valoro es la visión global que tengo en cualquier situación, ya sea actuando en teatro/cine/tv, dirigiendo o coreografiando, y sobre todo la empatía, ponerme en el lugar del otro y la conciencia del trabajo en equipo.


¿Cómo debemos presentarte?


Lo que más ilusión me hace es pensar que la gente cuando escucha mi nombre sonríe y me respeta como artista y persona, alguien amable, trabajador, cariñoso, honesto y luchador incansable. Alguien que va construyéndose los sueños que va teniendo.


La fama te llega con la serie Vis a Vis, interpretando a Palacios, el funcionario de prisiones más bonachón de Cruz del Sur. ¿Con qué te quedas de aquella época?


Fue una época increíble. No paramos de repetirlo, pero el equipo que nos juntamos para hacer Vis a Vis fue extremadamente especial. Era mi primer personaje relevante en tv y siempre me sentí acompañado y protegido por compañeros/as, directores/as, operadores/as y resto del equipo. Trabajamos con muchísima fe en una serie que por aquella época aún desconocíamos el éxito, la repercusión y el significado que representaría para la ficción en España. Palacios siempre va a estar muy presente en mi carrera, me siento muy honrado de haberle puesto voz, cuerpo y corazón.


Recogidos los frutos de aquella época, desde entonces no has parado.... En estos momentos acabas de terminar de grabar la segunda temporada de Señoras del (H)Ampa. Háblanos largo de tu personaje.


Ramón es un bicho: Un acosador, abusón, mentiroso, manipulador... y lo peor de todo es que no te lo esperas, al principio crees que va a ser adorable y el bofetón que te pega como espectadores muy fuerte. Ha sido maravilloso hacer un personaje opuesto en todo a Palacios, ser el malo siempre es más divertido. Y no un malo común, lo que sale de la cabeza de Carlos del Hoyo y Abril Zamora siempre tiene mucho arco y eso como actor es impagable.


Repites con Telecinco en la serie aún no emitida de Madres, junto a Belén Rueda y Aida Folch, entre otros rostros conocidos. Háblanos de tu personaje.


La serie se centra en la vida de unas madres que comparten vivencias en un Hospital en el que tienen a los hijos ingresados. Yo soy Rafa, el dueño del bar de enfrente donde se juntan a conversar, desayunar... y también jefe de Luisa (personaje que interpreta Carmen Ruiz) que a su vez tiene a su hijo ingresado. Rafa es un señor divertido, irónico y con un poquito de mala leche.


Dicen que Madres tiene tintes feministas. Tú luchas y sigues luchando por muchas causas. Las suyas llevan el nombre de “Body Positive” y “visualización queer”. ¿Te sientes un altavoz de estos movimientos? ¿Cómo lo vives desde tu postura de personaje público?


Siento que de pequeño me hubiese gustado tener un referente que me dijese que ser gay no está mal y que ser gordo no es malo. Son solo maneras diferentes de estar en el mundo. Pero de pequeño recibes todo el rato de la sociedad lo contrario, que eres malo y que no eres bonito. En toda esta atmósfera hostil que es el mundo para un niño, me hubiese gustado que alguien me explicase que la belleza es algo subjetivo y alejado del patrón clásico asociado al éxito. Así que si con mis palabras y mis acciones puedo convertirme en referente de ese/a niño/a y darle el impulso y la fuerza necesaria para empoderarse en su diferencia, lo haré. Concibo esta situación como un privilegio y por lo tanto una responsabilidad.


No sólo te mueves como pez en el agua tras la cámara, también tu medio natural es el escenario. Aquellas pequeñas cosas, el nuevo musical con canciones de Joan Manuel Serrat, octubre 2020, en el que eres es el responsable del movimiento escénico.


Aquellas Pequeñas Cosas es realmente un sueño. Serrat es la banda sonora de mi infancia porque mis padres lo escuchaban junto a Víctor Manuel, Pablo Milanés, Aute... Así que habitar sus canciones atravesadas por historias concretas y darles cuerpo es inspirador y a la vez me conecta con mi familia, nuestras vivencias personales, viajes, vacaciones... Va a ser muy emocionante.


Y las tablas siguen con Cuando todo cambia, ahora en proceso de ensayos. Nueva obra que diriges y que el 6 de marzo verá la luz en el Teatro Calderón de Valladolid.

Es un proyecto destinado a un público joven, ese público que cada vez acude menos a los teatros. Tenemos una historia entre manos que mezcla teatro, cine y redes sociales. El reto más grande de este proyecto es que los jóvenes sientan que estamos hablando su lenguaje, que tocamos sus inquietudes, sus miedos y sus sueños desde su prisma y no desde el paternalismo de quien ya ha pasado por ahí e incluso reniega de esa época. No podemos perder la oportunidad de entregar-nos a la manera de ver el mundo de personas que todavía tienen todas las ganas de cambiarlo. Estoy aprendiendo muchísimo y reconciliándome con ese instante en el que con dieciséis años todo cambió y al día siguiente el mundo seguía estando ahí, igual que ayer, pero radicalmente distinto.


Tras los éxitos de Danzad malditos y Escenas de caza, ¿esperas un nuevo éxito con esta última pieza?


Como dice el personaje de Huma Rojo en Todo sobre mi Madre: “El éxito no tiene sabor ni olor y cuando te acostumbras a él es como si no existiese”, esperarlo no tiene sentido. Solo deseo que conecte con el público y salgan removidos, me gusta el teatro que te revuelve como espectador y como creador. Eso ya es un éxito.


Y no contento con todo esto, acabas de terminar de escribir tu primer largometraje. Ahora mismo en proceso de preproducción. ¿Nos puedes adelantar algo sobre esta primera cinta?


Desde hace un tiempo he encontrado en la escritura de guión un bálsamo para las heridas. Un lugar en el que crear personajes que hablen delos temas que me importan, les atraviesen y los luchen. El guión de la película ahora mismo está en manos de los actores que quiero que lo protagonicen y en un par de productoras. Estoy muy ilusionado, con el mismo nivel de ganas y de miedo, y esa mezcla a mí me dispara.


¿Cómo lleva Alberto Velasco el hecho de que los medios le tilden de uno de los hombres de la cultura en España que uno no puede perder de vista?


Con mucho pudor y a la vez con mucho orgullo, es una sensación extraña y hermosa.



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