Cibercafé con el divertido y polifacético actor Lolo Diego, Apolo en 'Vis a Vis'
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Cibercafé con el divertido y polifacético actor Lolo Diego, Apolo en 'Vis a Vis'


Actor incansable, fuerza vital por naturaleza con un derroche de talento aún por demostrar, más en cine o televisión que en teatro. Este mes de abril lo podrá demostrar con el estreno de Vis a Vis: el oasis, (Fox y Netflix), en la que dará vida a Apolo, un personaje que no dejará indiferente a nadie. Tomamos un cibercafé con Lolo Diego quien se encargará de que el confinamiento sea mucho mejor viéndole a él en la pantalla. Este actor de raza, derrocha fuerza en el escenario, así lo ha demostrado con su compañía de teatro Jamming, y sus 16 años de ininterrumpidas actuaciones. Tanto es así, que ni el Covid 19 les ha parado, ya que el pasado 18 de abril hicieron una nueva función, vía on line, Jamming Live (más info en @jammingteatro).


Son muchos a los que les suena tu nombre y tu rostro, pero no todos te conocen. Para aquellos, comencemos por el principio. ¿Cómo se pasa de ser licenciado en Farmacia y Comunicación Audiovisual a actor?


(Risas). Voy a dar la versión larga. De pequeño mi abuela me contaba mínimo un cuento cada noche antes de dormir, de ahí mi pasión por las historias. Al acabar COU tenía que elegir carrera (saqué 8,7 de media y podía elegir) quería estudiar comunicación audiovisual porque era la carrera que yo entendía me permitiría ser guionista de cine. Pero, creo que algo típico pasó, mis padres me dijeron que estudiara algo que me asegurase un futuro y luego hiciese lo que me diese la gana. Como de pequeño jugaba a ser farmacéutico, mi tía tenía una farmacia y me gustaba la química (ahora me alegro, me ayuda a entender la física cuántica, tan de moda) pues me matriculé en Farmacia. Al acabar Farmacia empecé Comunicación Audiovisual, con un curso puente. Por otro lado, mi tío tenía un compañero de piso que tenía una escuela de teatro de improvisación: ASURA. Y de esto cuento la versión corta. Me apunté y me encantó porque podía ser actor, escritor y director a la vez. Y así empecé con la interpretación. Siempre me había tirado más el cine pero desde entonces el teatro me encanta también y es donde más trabajo, al menos de momento.


En este mes te unes a la nueva temporada de Vis a Vis: el oasis, ¿Qué nos puedes adelantar de tu personaje?


Prefiero mantener la trama en secreto, pero sí puedo decir que espero que, a pesar de ir con metralleta, algunos valores de mi personaje, como la lealtad, el amor incondicional o el respeto a la pareja, conecten con todo el mundo y en especial con chicos y chicas jóvenes que ven esta serie y que a lo mejor no tienen tantos referentes con estos valores. No sé si me estoy haciendo mayor y eso me hace querer contribuir con un granito de arena en el mundo para siguientes generaciones.


Caronte, Amar es para siempre, El Ministerio del tiempo, Centro médico, Acacias 38, Isabel… No paras de ir de serie en serie. ¿Cuéntanos cómo llega a tus manos el proyecto de Vis a Vis?


Pues como es típico en mí, sin casting. Estoy infinitamente agradecido a Andrés Cuenca, Tonucha Vidal y Luis San Narciso. También a mi representante, Ana López… y a Roberto del Álamo.


¿A él por qué?


Me llamó mi repre, Ana López, porque Andrés Cuenca necesitaba un actor solvente para un personaje episódico en Caronte. Cuando además vi que Caronte lo protagonizaba Roberto Álamo, vi más claramente que diría que sí al proyecto. Trabajé con Roberto y fue increíble, me ayudó en una escena que tenía con él, fue híper generoso. Al poco tiempo después de este rodaje, Andrés Cuenca volvió a pedir que trabajase con él para una serie que se rodaba entre octubre y febrero, parte en Almería y parte en Madrid. Esa serie resultó ser Vis a Vis: El Oasis.


¿Qué tiene Lolo Diego de su personaje y qué te llevas de él?


Mi personaje y yo tenemos en común la lealtad, el amor incondicional y el respeto a la mujer. También la violencia, presente, diría yo, en todos los personajes de la serie, puesto que es lo que impregna toda la serie. De él me llevo el no tener miedo a la muerte y arriesgar la vida por otra persona


Te autodefines amante del cine y del teatro por partes iguales. ¿Es eso posible?


Posible y casi necesario. El teatro podría vivir y vivió sin el cine, el cine se nutre del teatro. Se retroalimentan. El teatro no morirá nunca, el cine creo que tampoco, aunque no pondría la mano en el fuego como por el teatro.


Me siento en muy buen momento como actor, gracias a la experiencia que me ha dado hacer más de 3.000 funciones de teatro. El cine tiene otras dificultades técnicas pero a nivel interpretativo un corten o un montaje te pueden salvar, en teatro no. También es cierto que en el teatro tu actuación se esfuma cada noche y en el cine queda para “siempre”.


Amo ambos. En este momento de mi vida, al tener “aseguradas” las funciones de teatro, me gustaría que me salieran proyectos de cine y series para poner en juego toda mi experiencia como actor al servicio de los proyectos y seguir creciendo

Manejas el drama y la comedia como si fueras un mago y recurrieses a ellos sacándolos fácilmente de la chistera, pero, realmente, ¿en cuál te sientes menos cómodo?


Me siento menos cómodo en la comedia tipo sit-com. Siento que conecto muy bien con el drama en teatro y audiovisual, manejo bien la comedia negra, realista y de improvisación. Como actor, para mí lo ideal son proyectos con alto grado de realismo en los que drama y comedia están en juego. En el drama, a través de mi personaje, trato de aportar pinceladas de sentido del humor y en la comedia pinceladas de profundidad y gravitas.


Tienes una carrera firme con tu compañía de improvisación Jamming. Ni más ni menos que 16 años ininterrumpidos de actuaciones no solo por España, sino también por América Europa, Latinoamérica y Las Vegas... ¿Cuál crees que es el éxito de tu compañía?


Las horas de trabajo que le dedicamos, la pasión que le ponemos, el creer en un sueño propio, tener la confianza de que no necesitamos subvenciones ni dinero externo o esperar que alguien nos produzca nuestras ideas. ¡Ah! Y trabajo, trabajo, trabajo y... no sé si lo he dicho: trabajo.


Has llegado a declarar que Jamming es un salto al vacío, es hacer teatro sin red. ¿Te sientes igual de intrépido a la hora de actuar en televisión o cine, o sólo dejas esta acción al teatro?


Para mí esa sensación es la ideal en cualquier proyecto. Tanto de improvisación, como de teatro como audiovisual. En lo que no es improvisación, me gusta prepararme y dedicarle muchas horas al trabajo previo para durante las representaciones o los rodajes poderme olvidar de todo ese trabajo, confiar que está y saltar al vacío. Sin ese entrenamiento y trabajo previo no tengo la confianza para dar ese salto al vacío.


En Vis a Vis lo he disfrutado un montón, porque he tenido mucho tiempo para prepararme y la suerte de tener todo los capítulos antes de rodar. Llegaba al rodaje súper libre y sentía que saltaba al vacío en cada secuencia. Y gracias a Miguel Ángel y Sandra, los directores, que ponían todo a favor para que los actores pudiésemos volar. Hay una escena en especial con Isabel Naveira y Najwa Nimri que ha sido el viajazo más grande que me he pegado en audiovisual. Son unas bestias. Sentí un gran salto al vacío y volamos. Al menos, yo lo viví así.




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