El arte olvidado de Rafael Tegeo llega al Museo del Romanticismo
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El arte olvidado de Rafael Tegeo inunda las salas del Museo del Romanticismo


El Museo del Romanticismo acoge la muestra monográfica Rafael Tegeo, 1798 - 1856. Al rededor de 28 piezas, que se convierten en casi la totalidad de su catálogo al ser muy reducido, el espectador puede ver la transformación e influencias que el pintor romántico fue adquiriendo en su dilatada vida como artista.

Rafael Tegeo (Caravaca de la Cruz, 1798 - Madrid, 1856) fue fundamental en las escena artística de la primera mitad del siglo XIX, además de precursor de algunas modas que adquirirían popularidad después de que él ya las utilizara. Por otro lado, también fue olvidado a lo largo del tiempo hasta ahora, que se ha llevado a cabo la primera exhibición únicamente dedicada al pintor romántico.


Vista parcial de la sala de los retratos, en donde se enfrentan, por primera vez, las obras dedicadas a la misma familia 'Pedro Benítez y su hija María de la Cruz' (dcha.) y 'Paula Bragaña Fernández con sus hijos' (izda.) | Guillermo Martínez

La exposición está comisariada por Asunción Cardona Suanzes y Carlos G. Navarro, los dos licenciados en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid y especialistas en la temática, como conservadora de arte la primera y como trabajador en el Museo del Prado el segundo.

Es precisamente la pinacoteca del Prado la que más obras ha cedido para la muestra, con siete pinturas. Le siguen Patrimonio Nacional con tres y demás organismos que han completado el catálogo: Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Museo de Bellas Artes de Murcia, la Biblioteca Nacional de España y colecciones privadas, tanto nacionales como extranjeras.


La exhibición se articula en varios espacios: los retratos se concentran en la sala baja del Museo del Romanticismo; las siguientes obras se ubican en diferentes estancias de la casa-Museo recreando los espacios en los que pudieron estar colgadas durante la época de las creaciones; y una última parte en donde se ubica toda la pintura de composición, histórica y mitológica.

Tegeo siempre fue un pintor muy independiente, tal y como ha explicado la comisaria Cardona, además de renunciar, desde sus inicios, a la idealización de la belleza y dar un valor añadido al paisaje en sus composiciones, llegándole a tratar como un personaje más, sobre todo en los retratos.

De corte liberal, el pintor romántico fue adquiriendo ideas poco tiempo después universalizadas, como las que se desprenden del Emilio de Rousseau (aunque actualmente es de obligado cumplimiento hacer una relectura del libro con una perspectiva de género) en torno a la infancia de los más pequeños, en donde se invita a jugar con ellos y distraerlos. Un ejemplo de ello es el retrato de su hija, Ángela Tegeo Benítez, en donde "lo íntimo y la dulzura de la niña consiguen que sea uno de los mejores retratos de niños, ya que es algo complicado conseguir transmitir lo que expresa este tipo de modelos", en palabras de Cardona.


Las salas del Museo en donde se pueden apreciar las obras situadas a lo largo de las estancias son el salón de baile, la sala costumbrista, el oratorio y el despacho; hasta llegar a la última zona de la muestra, en donde se agrupan varias obras históricas y mitológicas de composición. Es el caso de las pinturas de gran envergadura 'Antíloco lleva a Aquiles la noticia del combate sobre el cadáver de Patroclo' (1831) junto a su hermana 'Diomedes, asistido por minerva, hiere a Marte' (1831), además de inmortalizar el primer intento de atentado a la monarquía desde hacía siglos: 'Ibrahim-el Djerbi, o el Moro Santo, cuando en la tienda de la marquesa de Moya se intentó asesinar a los Reyes Católicos (Sitio de Málaga)', realizado en 1850 y siendo esta obra su testamento artístico.

Más información: museodelromanticismo.es

Abierta al público del 27 de noviembre del 2018 al 17 de marzo de 2019 Museo del Romanticismo. Ministerio de Cultura y Deporte. C/ San Mateo, 13

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