La pandemia que bajó el telón de Eurovisión
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La pandemia que bajó el telón de Eurovisión

Un hospital donde hoy estaría el mayor escenario de la música


El año prometía en todos los sentidos y en el plano eurovisivo no era menos. Los grandes volvían con fuerza, poniendo toda la carne en el asador y muchos de los pequeños países amenazaban con alzarse con el micrófono de cristal por primera vez. Pero os puedo garantizar que cuando brindábamos en año nuevo o cuando 30.000 abarrotaban un estadio en Suecia ya entrado marzo para ver la final nacional de ese país, esto no nos lo vimos venir. Los viajes a Holanda, el confeti, los fuegos artificiales y las banderas se quedaron en su envoltorio, coronavirus mediante.


Festival ininterrumpido desde 1956, con guerras como las de los Balcanes, Crimea o la Guerra Fría no detuvieron Eurovisión, lo hizo el SARS-CoV-2. Todo se cancela, y hasta el pabellón que acogería a miles de eurofans entusiasmados, se convierte en un hospital de campaña. Pero “ladies and gentlemen, let the Eurovision Song Contest 2021 BEGIN!”


El Universo prometía ser estrellado


Pasamos página, pero no borramos la del 65 concurso de la canción, no podemos, por respeto a los artistas y compositores de temazos, que no se interpretarán sobre un escenario lleno de pantallas led, ni llegarán a más de 200 millones de hogares, pero que muchos no olvidaremos. Barriendo para casa, Blas Cantó (la broma de Blas no cantó, ya ha estado bien) iba a tomar las riendas de la desnortada delegación española (los últimos 5 años quedando en los 5 puestos de cola) y el murciano le puso todas sus ganas, pero ya. Universo no ha terminado de enamorar a los eurofans y en las encuestas pintaba a un firmamento estrellado. El Pop con un agudo indescriptible vagaba en cierta indiferencia, aunque particularmente creo que era mejor con mucho que sus predecesores. ¿La buena noticia? Las segundas oportunidades existen y el tren volverá a pasar para Blas dirección Róterdam en 2021 para que por fin cante y lo haga con un tema más adecuado al talento del que no va escueto el próximo representante de RTVE.



El tren de sus vidas no efectuó parada en la estación


La oportunidad perdida es aún más dolorosa si resulta que por primera vez tu país era favorito para ganar, y los astros no se alinean cada año. El mismo tren en el que se montará Blas no estarán los islandeses Daði & Gagnamagnið, un divertido grupo que partía muy arriba en las euroencuestas con su canción Think About Things y que ya han confirmado que no se presentarán el próximo año. El país más norteño del continente lleva participando desde 1986. Nunca ha ganado. Ojo al drama. Bulgaria también estaba en las quinielas, aunque estos llevan menos años esperando para saborear su primer triunfo. Pero Victoria rozaba el trofeo con su melodiosa Tears Getting Sober. Ella sí tendrá la oportunidad de redimirse.


Aunque la que aparecía en la mayoría de los Twelve points de los adeptos al festival era Lituania. No, tampoco habían ganado nunca y este año era una apuesta segura. En cualquier caso The Roop y su On Fire se baila en media Europa, una especie de danza moderna y divertida digna de una terapia psicológica. Mención también para Alemania o Noruega, que prometían guerra en el TOP 5.


Autoproclamados vencedores y una gala alternativa que promete brillar


Y a falta de competición (ni douze points, ni guayiminí ni los “Oye, que no nos vota ni Portugal”, nada, a esperar otro añito) buenas son las horas de televisión que le van a dedicar. El plato fuerte llegará el sábado propio para Eurovisión 2020 sustituido por un programa especial llamado Shine a Light. La NPO de Holanda llevará a las pantallas de 46 países un programa de 2 horas en el que se mostrarán las 41 canciones participantes, para que no caigan en saco roto. Prometen sorpresas y mucha unión a través de la música en tiempos difíciles. Y entre tanto, cada país se toma la justicia por su mano, organizando sus propias votaciones (trucadas, claro, si Austria puede votar a Austria, el resultado es menos fiable que algunos Test de coronavirus que circulan por ahí). La delantera la llevan la tele sueca, SVT, la más implicada que hará su propio festival con conexiones con distintos países y elegirá su ganador. La otrora grandiosa BBC también ha preparado un repertorio nostálgico del mayor festival de música del mundo. Y así desde Albania hasta Islandia rendirán su homenaje en tan especial velada.

En España RTVE se ha limitado a organizar cosas en las redes y una pequeña muestra en la que, oh, gran sorpresa, ganó el representante español. Emitirán el especial el sábado en directo por La 1, pero con esta poca implicación, desde luego no habrá un Madrid 2021 y si me apuran, no habrá un Madrid 2030.




Ansiosos para volver por la puerta grande en Róterdam 2021


En fin, a lo que nos podemos acoger es a que si todos somos responsables y conscientes en los próximos meses, podremos celebrar el festival con normalidad el próximo año. Ya se están moviendo todos los países y la propia Unión Europea de Radiodifusión, encargada de organizar el evento. Róterdam ya ha aprobado la partida presupuestaria para acoger a los miles de ansiosos eurofans. Al menos 14 de los artistas que iban este año, tendrán otra oportunidad el que viene. Recordamos que las canciones tienen que haberse creado para cada festival, por tanto no podrán repetir tema.


Dicen que lo bueno se hace esperar y desde luego, un certamen que se creó para unir a Europa en unos valores comunes tras la debacle de la Segunda Guerra Mundial (impoluto desde entonces) podría volver a servir para tender puentes tras unas difíciles semanas. Yo por lo menos, desde la soledad del confinamiento animo a todos a unirse el sábado a la gala especial y comentarlo y a todos los europeos, estoy seguro que iremos con más ganas que nunca a disfrutar de la música y la cultura en los Países Bajos el próximo 2021.





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