La revolución de los blanqueamientos dentales por el Dr. Jorge Ferrús
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La revolución de los blanqueamientos dentales por el Dr. Jorge Ferrús



La sociedad actual cuida mucho su imagen personal, y una de las primeras cosas en las que nos fijamos es en la sonrisa, lo ideal que sea blanca y luminosa; por ello no sorprende la revolución en los blanqueamientos dentales.


En la época romana ya se describen en textos consejos para blanquear los dientes, siendo lo más eficaz el frotarlos con urea, sobre todo si es de la zona de Hispania (la urea de Portugal), el "aquafortis" (con ácido nítrico) en la Edad Media o hace más de un siglo Westlake (1895) describe como agente blanqueante una mezcla de peróxido y éter y Abbot (1918) el Superoxol (mezcla estabilizada de H2O2 al 30%).


Hablamos con el plantólogo y periodoncista, Jorge Ferrús, cofundador de la Clínica Dental Ferrus & Bratos, nos explica que en la actualidad estos tratamientos son muy demandados, pues ofrece resultados muy llamativos y en poco tiempo. Existen diversas formas de blanquear los dientes, pero la más efectiva es aquel procedimiento que se basa no solo en el uso de férulas con gel blanqueador, sino también en una sesión con lámpara de luz fría. Dicha luz potencia las propiedades blanqueadoras del gel y consigue resultados más duraderos en menos tiempo: un mes.


¿Quién se debe hacer un blanqueamiento dental?


A priori, cualquier persona que quiera aclarar varios tonos el color de sus dientes, pero está desaconsejado en determinados casos. Hablamos de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, en menores de 18 años y en pacientes con enfermedades periodontales u otros problemas bucodentales (caries, fisuras...). En este último caso, sería necesario tratar esos problemas antes de iniciar el blanqueamiento.


Del mismo modo, si el paciente ya tiene coronas o carillas en sus piezas frontales, no es necesario que se someta al blanqueamiento ya que los materiales como el composite o la porcelana no se blanquean.


Por último, puede darse el caso de que el diente que se quiere blanquear tenga alguna reconstrucción o un empaste. De darse esta situación, una vez acabado el tratamiento, habrá que cambiar el composite para igualar el tono que se ha conseguido.


¿Siempre se puede mejor el tono?


Tras el tratamiento, siempre se van a conseguir unos dientes más blancos que si no te hubieras sometido al blanqueamiento. Eso sí, no todas las piezas responden igual, pues depende fundamentalmente de su porosidad y de la causa que originó el oscurecimiento o tinción.


Los dientes que tienen manchas amarillentas suelen tener unos efectos mejores que los que tienen manchas grisáceas, como las provocadas por tetraciclinas. Aun así, el resultado siempre va a ser notable.


¿Qué ingredientes tiene el gel blanqueante?


El gel contiene una sustancia llamada peróxido de hidrógeno, que llega hasta la dentina -una de las capas internas del diente- y consigue aclarar su color en varios tonos. La concentración de gel blanqueador aplicada en las férulas es de entre el 10-16% de peróxido.


¿Qué beneficios tiene la lámpara de luz fría?


La luz que desprende la lámpara potencia el efectos blanqueadores del gel, consiguiendo unos efectos muy visibles en poco tiempo. En esta sesión -que tiene una duración de 50 minutos-, se aumenta la concentración de peróxido: llegando a situarse entre el 20 y el 37,5%. Esto se debe a que la sesión de lámpara tiene la supervisión directa de un especialista y a que se aíslan las mucosas del paciente (labios, encías…), de manera que no entran en contacto con el gel.


En un mes se notan resultados, ¿cada cuánto tiempo hay que repetir el proceso?


La efectividad del tratamiento depende en gran medida de los hábitos de cada persona. Así, es probable que un paciente que fuma con mucha asiduidad o consume alimentos con un alto índice de coloración, no conserve el tono que ha conseguido con el blanqueamiento con el pasar de los años.


De todos modos, generalmente recomendamos realizar un mantenimiento del blanqueamiento cada año y medio o dos años para alargar los efectos.


¿Qué opinas de los blanqueantes caseros, como el bicarbonato? ¿Existe alguno que funcione?


Es cierto que existen muchos remedios caseros o “productos milagro” que prometen un blanqueamiento exprés y sin necesidad de acudir a una clínica dental. Entre los más peligrosos encontramos el bicarbonato, el agua oxigenada o el carbón activado. Estas sustancias resultan altamente abrasivas y dañinas para los dientes y encías, por lo que conviene evitar su contacto con la boca.


Además, no solo no contienen propiedades blanqueadoras, sino que consiguen el efecto contrario: al desgastar y lijar la capa protectora de los dientes, se deja entrever la dentina, cuyo color es más amarillento. Y no solo eso, sino que el uso continuado de este tipo de productos genera serios problemas de sensibilidad dental.


Por otro lado, encontramos en el mercado una amplia variedad de pastas de dientes blanqueadoras. Sobre estos dentífricos, podemos decir que no resultan perjudiciales pero que sus efectos blanqueadores son, realmente, casi inexistentes.


Esto se debe a la normativa europea que prohíbe a los comercios la venta de pastas de dientes con efecto blanqueador con más de un 0,1% de peróxido de carbamida, de ahí que su efecto sea casi inapreciable. No obstante, dentro de su limitada acción, pueden ser útiles para eliminar manchas superficiales de los dientes.


El blanqueamiento que ofrece resultados visibles y sin poner en riesgo la salud bucodental es aquel que está supervisado por un especialista en Estética Dental.


Hábitos para mantener unos dientes blancos:


Es vital mantener unas rutinas diarias de higiene adecuadas. Utilizar el cepillo de dientes -ya sea eléctrico o manual- no es suficiente, y conviene usar también otro tipo de elementos como el enjuague bucal y la seda. Además, para aquellas personas que tengan implantes dentales o algún aparato de ortodoncia, resulta muy beneficioso el uso del irrigador bucal.


No hay que olvidar lavarse los dientes después de cada comida, ya que las bacterias que se acumulan en la boca terminan formando el sarro dental, que tiene un tono amarillento y perjudica no solo la salud oral sino también la estética de la sonrisa.


Igualmente, como comentaba previamente, evitar en la medida que nos sea posible alimentos con alta coloración y otros hábitos, como el tabaco, evitará que nuestros dientes se oscurezcan.


No hay que olvidarse de acudir al menos una vez al año a una clínica dental de confianza, a pesar de que no haya, a priori, ningún problema dental.



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