La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, anunciaba la futura implantación en España del Etiquetado Nutricional Frontal, que servirá como referencia de la calidad nutricional de los alimentos y bebidas, siguiendo las recomendaciones de diversas sociedades científicas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea (UE).
El código 'Nutri-score' consiste en un gráfico con coloración gradual del verde al rojo en cinco niveles, como si de un semáforo se tratara. Cada producto destacará el color que le corresponda en función de su contenido en azúcares, grasas saturadas, sal, calorías, fibra y proteínas. Los colores verdes identificarán los alimentos más saludables y los rojos, los de menor calidad nutricional.
Nutri-score parece a priori, un logotipo de fácil comprensión, ya que con su uso debería ser más fácil saber la calidad nutricional de los productos que se consumen. Pero cuando se mira la letra pequeña sobre este nuevo sistema, han surgido las primeras polémicas. Y es que la ONG Open Food Facts, que recoge información sobre productos alimentarios de todo el mundo, ha calculado lo que establecería ese nuevo semáforo sobre decenas de alimentos que están a la venta. La plataforma SinAzúcar.org, ha recopilado la información para recrear las etiquetas de Nutri-Score con determinados productos.
Paradojas del algoritmo Nutri-score
La principal sorpresa, según explica la nutricionista Amil López Viéitez, creadora de la Dieta Coherente, “es que, aunque los refrescos tienden a estar mal valorados, la Coca-Cola Zero sale muy bien parada con una B (verde claro, es decir, un notable). En cambio, el aceite de oliva, el alimento más venerado y utilizado en la dieta mediterránea, suspende de forma rotunda con solo una D”.
“Como los valores se calculan por 100g de producto y tiene mayor peso en el algoritmo, el valor calórico total del alimento sobre las ventajas de las grasas saludables del aceite de oliva, aparecen ciertas incongruencias. Según esto, tendría mejor nota una Coca-cola Zero que el aceite de oliva virgen extra”.
Otro caso curioso, continúa López Viéitez, “son los cereales de desayuno y los zumos comerciales. Son altos en azúcares por lo que darían una puntuación mala (roja), pero por su contenido alto en fibra o en fruta, respectivamente, que les confiere puntuación verde; se quedan en la zona amarilla, lo que puede sugerir al consumidor que su consumo es recomendable”.
Se estima que el 60% de los alimentos de la cesta de la compra son procesados o envasados. En cualquier caso, aunque el etiquetado frontal implante este nuevo sistema, para que puedas elegir entre distintas opciones de alimentos procesados; entre 2 tipos de yogur por ejemplo, desde la plataforma Dieta Coherente nos recuerdan que “lo mejor es que tu alimentación se base en alimentos frescos, naturales y de temporada, que no necesitan ninguna etiqueta”.
Es posible que la industria alimentaria modifique la composición de sus productos envasados para mejorar su “clasificación nutri-score”, pues el consumidor, ante dos productos de la misma categoría, se decantará, a un precio similar, por el que mejor clasificación tenga. Es decir, el verde oscuro o el claro mejor que el naranja o rojo, lo que redundará en una mayor densidad de nutrientes y menor presencia de ingredientes menos saludables.
Cuándo se va a implantar en España
Desde el Gobierno han asegurado que el año que viene (2019) va a ser obligatorio para todos los productos alimentarios de venta en España. En ese plazo, estará aprobado el Real Decreto que modificará la vigente ley del etiquetado.
En Francia, donde fue impulsado en enero de 2017, ya está presente en todos los supermercados. Se van a sumar Bélgica y Portugal.
Actualmente, la etiqueta frontal es un sistema voluntario que los estados europeos pueden utilizar o no, a pesar de que la OMS lo recomienda. De hecho, en España ya hay algún supermercado que lo está aplicando.
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