Inmigrantes africanos y no franceses #JeSuis700
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Inmigrantes africanos y no franceses #JeSuis700



“700 inmigrantes mueren ahogados en el mar”, de esta forma despertábamos el pasado lunes diecinueve. 700 de los que solo 24 podrán tener un entierro digno gracias a que se han recuperado sus cadáveres, y 700 de los que únicamente han sobrevivido 28.

“Una de las peores tragedias con inmigrantes”, “una auténtica hecatombe en aguas de Mediterráneo”, “los gobiernos ya se han puesto en marcha” o “se repite la trágica historia de Lampedusa”, son muchas de las frases que hemos podido ver en los medios de comunicación o en redes sociales estos días, o mejor dicho, estas horas. Hoy, 20 de abril, 24 horas después de lo ocurrido, solo un día después, ya nadie habla de ello. ¿Por qué, por inmigrantes? ¿Qué hubiese pasado si esas 700 personas hubiesen sido españolas, francesas, alemanas o cualquier europeo? Pensarlo, tendríamos que comer y cenar todos los días con la noticia, se harían programas especiales intentando hacer “una gran investigación”, Susana Griso o Ana Rosa contactarían con los familiares y el mundo entero se volvería loco.


Pero no, eso no ha ocurrido, y desafortunadamente esas 700 personas eran inmigrantes africanos. Recordad lo de Charlie Hebdo y su famosos #JesuisCharlie, ese mensaje que dio la vuelta al mundo utilizado el hashtag más de tres millones de veces. Murieron ocho personas no setecientas, fue un ataque terrorista y no fueron las mafias quienes llenaron la barca, eran franceses no inmigrantes africanos. ¿Encuentras la diferencia? Espero que sí, y efectivamente, “eran franceses”.

Esas personas, seres humanos, solo buscan un futuro mejor. Está claro que la forma de encontrar una solución es bastante complicada, pero no imposible. Si entre todos ayudásemos a levantar el continente hasta ahora esclavizado y explotado, no solo por los occidentales, sino lamentablemente también ocurre entre ellos, la cosa cambiaria. No hablo de ofrecer dinero y quedarnos satisfechos, sino asegurarnos que esa moneda dará alimentos y agua, que un billete dará calor y una tarjeta de crédito curará enfermedades. Aunque nos parezca increíble, con el precio de una entrada de fútbol, unos zapatos de marca o salir a cenar una noche a un restaurante caro podemos ayudar a decenas de personas que día a día se mueren de hambre.


Animo a que contribuyamos al desarrollo, a crear lugares donde puedan avanzar, dar puestos de trabajo sin explotarles, y viéndoles como a un vecino más que necesita nuestra ayuda. Pero todo esto sería posible si políticos del mundo se unieran no solo para hablar de la contaminación, ni para debatir que país es el número uno, sino para abolir a esos ricos y corruptos mandatarios que viven en África y que lo único que hacen es perjudicar y dañar a toda una población. No hablo de usar la violencia, pero por mayores estupideces los europeos hemos entrado en guerra y nos hemos matado a nosotros mismos.

Muchos pensarán que estas ideas son imposibles o que son una simple demagogia, pero yo me limito a pensar que no, que aun existe humanidad y que si hay forma de apoyar a quien sea, da igual su color de piel o su cultura, ahí estaremos nosotros, porque me pregunto, ¿vivimos tranquilos sabiendo que no hacemos nada por ayudar a que la gente de nuestro mundo no muera?

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