Estamos de celebración, Juan Carlos Pérez del blog Puntos Suspensivos presenta a El Joven Tintero, su bonita reflexión, Entre el sueño y la realidad..
Existe una delgada línea, a veces difícil de distinguir, entre la realidad y el sueño. Como una membrana traslúcida, podemos atravesarla con la mirada cada vez que nos encontramos en uno de los mundos, y la mayoría de las veces reconocemos el lado al que pertenecemos, pues existen pequeños detalles que colorean cada uno de los lados.
Un color lo asociamos al sueño, y otro a la realidad, al mundo al que pertenecemos, pues desde algún lugar de nuestro cerebro se activa un mecanismo de raciocinio, que nos permite identificar lo real.
Pero, ¿qué pasaría si no fuéramos capaces de identificar ese color, y no pudiéramos distinguir el sueño de la realidad? Quizás, ¿nos quedaríamos atrapados entre los dos mundos?
Sería como encontrarse en la intersección de dos esferas, cuyas paredes nos presionan progresivamente, mientras miramos al lado de cada mundo tratando de lanzarnos a un lado u a otro.
Puede que te encuentres en ese momento, o ese espacio, en el que no consigues distinguir el color de lo real y del sueño. Puede que en esa pequeña intersección, al mirar a un lado te veas trabajando en algo que te saque tal sonrisa, que pienses que es un sueño, pero a la vez que es imposible que no sea real haber escogido un trabajo que te de tal satisfacción.
Puede que en un lado, veas como pasas más tiempo del debido en cosas y gente, que no te aportan lo que buscas para tu vida, y que en el otro estás tú, escogiendo, en la medida de lo posible, las cosas y personas de tu vida. Pero no distingues el color del sueño y la realidad.
Y así, cada una de las cosas que marcan el camino de tu vida, se van replicando en ambos mundos, pues son estas cosas relevantes, estas “variables de vida“, sobre las que tenemos que decidir qué color usar.
Quizás, si pasa mucho tiempo, las esferas se junten tanto, que la membrana que nos aloja se rompa, mezclándose ambos mundos…y quedando todo tan revuelto, que no sepamos como recomponerlo.
Llegado ese punto, lo mejor será dejar de lado, si cada una de las variables de vida son reales o no, y empezar a fijarle los valores, cuya imagen nos reporte la mayor cantidad de satisfacción…y será en ese momento, cuando éstas variables se conviertan en las constantes que nos devuelvan el color de nuestro mundo…pues habremos escogido el único color por el que merece la pena apostar…el de la felicidad…
Pd: inspirado en la frase de Albert Einstein: “Si un dia tienes que elegir entre el mundo y el amor, recuerda: Si eliges el mundo, perderás el amor…pero si eliges el amor, con él conquistarás el mundo…”.
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