"Un espacio que consigue recrear un viaje apasionante con los cinco sentidos, al tiempo que genera conciencia sobre la genialidad que reside, sin necesidad de excentricidades, en lo que la tierra proporciona", así es Superchulo, en el moderno barrio madrileño de Malasaña.

El concepto y diseño, construido con mimo por sus propietarios, Rebeca y Catalin, en colaboración con Lätt Building Design y arquitectos como Enrique Barrera, ha aunado a la perfección esencias de muchos lugares del mundo, formas y sitios distintos para conseguir esa fuerte personalidad y energía positiva que Superchulo desprende. Cada detalle, por muy pequeño que sea, tiene un porqué, una historia y un valor.

El local es amplio y luminoso, distribuido en diferentes salas con una historia en común, la niñez y el día a día de todos. El bosque, las cabañas del árbol, el patio de recreo o el mercado son algunas de ellas. La decoración incluye desde cuadros de familiares y murales de grandes artistas, a tinajas artesanales y elementos de madera sin tallar.

"Cada espacio es una inspiración, me llegaban imágenes de cada rincón en medio de la noche o mientras viajaba y me levantaba o dejaba de hacer lo que estaba haciendo y los pintaba", afirma Rebeca.

En Superchulo se puede disfrutar de desayunos, comidas o meriendas y al caer la noche, de cócteles naturales y caseros, en La Caverna Cocktail Bar by Superchulo. Además, este espacio permite celebrar eventos, reuniones de empresa, showrooms o celebraciones privadas. Un espacio polivalente donde, ante todo, "reina la naturalidad y la sencillez".

Y es que el restaurante inspira amor. "Amor hacia lo que somos, amor hacia el lugar al que pertenecemos, amor por lo que hacemos día a día o por lo que queremos llegar a hacer. Es un templo de aprendizaje y un camino hacia una nueva era de pensamiento y consciencia tanto alimenticia como energética".

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