Cuatro biografías que deberías tener siempre en tu mesilla de noche
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Cuatro biografías que deberías tener siempre en tu mesilla de noche

Cada cierto tiempo nos pasa que descubrimos una historia que pone los vellos de punta y que para muchos supone esa ligera palmadita en el hombro que nos anima a dar ese primer paso. Te recomendamos cuatro libros de personajes conocidos y anónimos que te entusiasmarán. Biografías que te inspirarán en lo personal y en lo profesional, y que supondrán un cambio en tu forma de plantearte las cosas y la vida misma.


Las sinsombrero


Su autora, Tánia Balló, decidió recopilar en dos libros las vidas de aquellas artistas de la generación del 27 que, a la sombra de compañeros como Lorca, Buñuel o Dalí, han sido totalmente invisibilizadas por la historia. Ellas, pintoras, novelistas o poetas borraron su rastro tras la Guerra Civil española. El primer libro está dedicado a las que se exiliaron, mientras que el segundo habla de las que decidieron quedarse y esconderse.

No hay vuelta atrás


Escrito por Melinda Gates, ella es un ejemplo recurrente de mujer exitosa, y el camino del éxito nunca es sencillo. Melinda Gates nos habla en este libro de su experiencia vital hasta llegar al momento actual en su trabajo dentro de la fundación Gates, sus luchas personales y vivencias más duras. Pero también se acuerda de las mujeres anónimas con historias que la han inspirado y la han llevado a conocer el feminismo.


Ahora y siempre


Una autobiografía de Diane Keaton. Con Annie Hall, Keaton demostró que estaba hecha para la comedia, se hizo con el Óscar a la mejor actriz y se convirtió en una de las favoritas del público. Tan divertida como ella es su autobiografía, en la que cuenta cómo se convirtió en quién es y destaca la importancia de su madre.

Salvaje


Salvaje es una historia muy personal y diferente. Escrita por Cheryl Strayed, relata su viaje a pie en solitario de 1800 kilómetros por la cordillera del Pacífico de Estados Unidos, a la vez que se adentra en un revelador viaje interior tras creer que lo había perdido todo en la vida, con tan solo 22 años. Se trata de una reconstrucción y, en definitiva, de una sanación.



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