Descubre las diferencias entre el Jamón Ibérico y el Jamón Serrano
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Descubre las diferencias entre el Jamón Ibérico y el Jamón Serrano


La gastronomía española es muy completa y uno de los productos clave es el jamón ibérico, pero existen otras variantes del jamón que también forman parte de nuestra vida cotidiana, no sólo en el aperitivo, y que en algunas ocasiones se puede confundir con el jamón ibérico.


Y es que, a primera vista, el jamón ibérico y el serrano son muy similares, pero una vez los llevas al paladar, descubres que son productos completamente diferentes. Desde la empresa de ibéricos Enrique García, que lleva más de 100 años en este negocio tan tradicional en nuestro país, comentan que, a día de hoy, todavía hay mucho desconocimiento acerca del jamón ibérico. “Hay gente que confunde el jamón ibérico con el serrano, porque visualmente son similares y tampoco nos han enseñado a diferenciarlos, pero una vez los pruebas, ya puedes notar que no tienen comparación” afirman.


El problema es que cuando vamos a realizar nuestra compra no podemos catar los productos, por tanto ¿Cuáles son las diferencias entre ambos?


1. El jamón serrano procede de un cerdo blanco que se puede encontrar en otros países, mientras que el jamón ibérico procede de cerdos de raza ibérica, autóctona de nuestro país, con unas características únicas que hacen que los productos sean de mayor calidad.


2. El precio es otro factor diferencial, y es que, debido a la calidad del jamón ibérico, este tendrá un precio superior al del serrano.


3. Otra de las diferencias está en la alimentación de ambos. El cerdo ibérico se alimenta a base de piensos ricos en ácidos oleicos, mientras que el serrano no, lo cual repercute directamente sobre el sabor de la carne.


4. La elaboración del jamón ibérico es mucho más artesanal y se cura en secaderos naturales, mientras que el jamón serrano, en general, se cura en secaderos artificiales.



5. El color de la carne también nos ayuda a diferenciarlos: la carne del jamón serrano tiene un tono rojo pálido, tirando hacia rosa, en cambio la del jamón ibérico, es un rojo más intenso, y es que cuanto más ibérico sea, es decir más del 75% ibérico, más color vino tinto tendrá el jamón.


6. La pezuña es blanca en el jamón serrano, mientras que, una de las características ideales para diferenciar a la raza ibérica, es que la pezuña del jamón ibérico es negra.


7. El cerdo blanco se cría en naves en cambio, el cerdo ibérico de brida verde, roja y negra, se cría en el campo.


8. Los procesos de curación del jamón serrano, deben estar nueve meses en curación para ser considerado Bodega, 12 meses para ser Reserva y 15 meses para ser un Gran Reserva. En cambio, un jamón ibérico tiene que estar curándose 24 meses como mínimo.


9. La identificación de los jamones ibéricos por la normativa de ASICI. Para informar al consumidor, podemos ver en sus envases el color del precinto del jamón, que puede ser negro, verde, rojo o blanco, que nos indicará dentro de su procedencia de cerdo ibérico, las características de su raza y alimentación.


Por tanto, aunque visualmente puedan guardar una estrecha relación, estas son las características que nos ayudan a diferenciar ambos productos.


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